Cuando hablamos de lo personal y lo profesional parece que se correlacionaran de manera excluyente. Sin embargo, hoy día, y en vista de la situación mundial, muchos han tenido que saber llevar múltiples roles con la responsabilidad de algunas labores domésticas, hijos, colegios, compras y a la vez su rol de colaborador, lo que posiciona ambos bandos muy entrelazados.

En esta oportunidad y con el fin de evitar un poco la ansiedad, debemos centrarnos en nuestras responsabilidades y sus diferentes tiempos, apuntando con esto a la eficiencia y productividad, lo que aplica para todas nuestras facetas. Lo anterior nos traerá un nivel de satisfacción, tranquilidad y motivación más alto, cosas que hoy por hoy necesitamos para poder seguir adelante en este nuevo rol de teletrabajadores.

Ahora, definamos qué es la profesionalidad. Según la RAE es la de calidad de la persona que ejerce su actividad con relevante capacidad y aplicación, esto se refiere a lo efectivos (o no) que somos haciendo nuestro trabajo, el empeño que colocamos haciendo eso y el tiempo que le invertimos a cada tarea. Integrar lo que ocurre a nuestro alrededor, organizarnos con las personas que vivimos, establecer horarios y algunas otras cosas más, nos ayudaría a dimensionar de mejor manera las expectativas de lo que sería tener una rutina casi perfecta, tal como se tenía en tiempos pre cuarenta, y así lograr disfrutar tu trabajo y el tiempo en familia. Los peores aliados para esta oportunidad son estrés, la ansiedad y las altas o inalcanzables expectativas.

Así como comenta la CEO de The Notox Institute, Izanami Martínez, poner el foco en el valor que estás aportando, centrarse en los resultados de los objetivos en tu trabajo y asumir que tenemos una vida personal que es igual de importante que nuestro trabajo actual, ayudará a no ser tan exigente contigo mismo y pensar que esto será pasajero.

También veamos el lado positivo, la digitalización aceleró su tranco en todo el mundo: el teletrabajo llegó para quedarse y en condiciones normales, podremos optar por este beneficio más seguido si los resultados que actualmente están obteniendo las empresas con nuestros esfuerzos, están siendo positivos e incluso más productivos. Muchos tenían miedo o eran escépticos al momento de otorgar el beneficio del teletrabajo a sus colaboradores, pero ahora puede incluso ser una oportunidad de ahorrar en el arriendo de un espacio de oficinas u otros relacionados al trabajo presencial.

Por otro lado, el impacto emocional que trae consigo el teletrabajo es muy profundo y es de suma necesidad tenerlo en cuenta, para que así la distancia física no sea la causante de desmotivación laboral, desconexión entre los compañeros o incluso excusa para algunos problemas de comunicación. La clave es tener muy bien definidos tus roles en los diferentes horarios del día, organizar tu jornada en base a ello y establecer metas reales, alcanzables y que consideren la situación en la que estamos viviendo: teletrabajando por necesidad y no por opción personal en la mayoría de los casos.

Podemos ser igual de profesionales desde casa y seguir apuntando a la excelencia en nuestro día a día.¡Convierte este reto en una oportunidad!

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